Puntos clave
1. El trabajo de campo inicial exige aprender a escuchar
“Monsieur Paul, nunca aprenderás sobre nosotros si entras en los recintos de la gente, haces preguntas personales y anotas las respuestas.”
Los métodos de encuesta fracasan. El primer intento del autor por comprender las actitudes hacia la lengua songhay mediante una encuesta cuantitativa resultó inútil. Los informantes mentían sistemáticamente, lo que hacía que los datos carecieran de valor y evidenciaba las limitaciones de los métodos formales y distantes en este contexto cultural. Esto obligó a replantear el enfoque antropológico.
Escuchar es fundamental. Siguiendo el consejo de un anciano, el autor cambió a un método más tradicional songhay: sentarse, escuchar y observar en diversos grupos de discusión. Este enfoque no estructurado, aunque al principio frustrante y lento, reveló poco a poco una comprensión más profunda de la dinámica social, la historia y los valores de la comunidad, demostrando que el verdadero entendimiento requiere paciencia y presencia.
Construir confianza lentamente. La aceptación y la información genuina no llegaron de inmediato. La gente desconfiaba del forastero, rechazando notas o grabaciones. Solo tras meses de participación constante y pasiva, y un incidente sorprendente en el que el autor adoptó un método songhay para disciplinar a los niños, los aldeanos comenzaron a abrirse, permitiendo un compromiso más directo y la recopilación de información sensible.
2. Una señal conduce a la iniciación como aprendiz
“Sí, soy un sorko y ahora que me has sido señalado, quiero que vengas a mi recinto mañana después de la oración vespertina para que podamos comenzar a aprender los textos.”
Una señal inesperada. Un evento aparentemente trivial —pájaros defecando sobre la cabeza del autor— fue interpretado por Djibo Mounmouni, un sorko local (mago/sanador), como una señal significativa. Esto llevó a una invitación inesperada para que el autor se convirtiera en aprendiz de Djibo, marcando un cambio crucial de observador a participante en el mundo de la magia songhay.
Ritual de iniciación. El aprendizaje comenzó con la memorización de encantamientos y culminó en una ceremonia de iniciación que incluía el consumo de una pasta especial llamada kusu. Este ritual, realizado junto a Djibo y su padre, Mounmouni Koda, simbolizaba la transferencia de poder y estatus, manifestándose físicamente en un vientre distendido y una sensación de plenitud, señalando el nuevo estado del aprendiz.
Entrar en un mundo nuevo. La iniciación no fue solo simbólica; se presentó como la entrada a un mundo de maravillas y peligros. Se decía que el kusu permanecía en el vientre para siempre, imbuyendo al aprendiz de fuerza y marcándolo como alguien en el camino del sorko, visible para otros practicantes y espíritus, y que requería vigilancia y protección constantes.
3. La magia songhay se basa en el sonido y las palabras
“El significado de las palabras es secundario. ¿Lo entiendes?”
El poder está en el sonido. El núcleo de la magia songhay, especialmente para sorko y sohanci, no reside solo en el significado de los encantamientos, sino en su sonido y en el acto de recitarlos. Palabras específicas, a menudo no songhay o arcaicas, se creen portadoras de un poder inherente capaz de repeler el mal, transformar sustancias o invocar espíritus.
Los encantamientos como fuerza. Recitar estos textos, a veces acompañado de escupir sobre sustancias u objetos, se entiende como la infusión de la fuerza de los cielos o los ancestros. Este acto ritual transfiere poder del mundo invisible al plano físico, haciendo que polvos sean protectores, objetos potentes o individuos capaces de hazañas extraordinarias.
Aprender mediante la memorización. El método principal para enseñar magia es la rigurosa memorización de estos textos, a menudo sin explicación inmediata de su significado. Esto enfatiza que el poder reside en la correcta ejecución y sonido de las palabras, transmitidas a través de generaciones, más que en la comprensión intelectual.
4. El camino de la hechicería está lleno de peligros
“Un hombre en el camino debe ser duro; debe estar preparado.”
Amenaza constante. El mundo de la hechicería songhay se describe como un mundo de guerra eterna, donde los practicantes son tanto cazadores como cazados. Enemigos, brujas, espíritus malignos e incluso otros hechiceros representan amenazas continuas, exigiendo vigilancia y preparación constantes.
Ataques físicos y psicológicos. Los peligros se manifiestan de diversas formas, desde dolencias físicas como la parálisis (experimentada por el autor) hasta ataques psicológicos como ruidos que inducen miedo (escuchados en Ayoru). Estos se atribuyen a acciones malévolas de otros mediante medios mágicos, evidenciando las consecuencias reales percibidas de involucrarse en este mundo.
La preparación es clave. Sobrevivir en el camino exige “dureza”: una combinación de resistencia, preparación y uso de magia protectora. Esto incluye llevar amuletos, conocer contraencantamientos y desconfiar incluso de conocidos aparentemente amistosos, pues la traición es una posibilidad constante.
5. Diferentes magos poseen poderes únicos
“Nosotros también somos horso. Hombres como yo son maestros de la palabra, poseedores de poder. Pero nuestro poder y nuestras palabras son diferentes de las de los sohanci y sorko.”
Conocimientos especializados. El mundo mágico songhay no es monolítico; distintos tipos de practicantes poseen saberes y habilidades particulares. El libro presenta varios:
- Sorko: Asociados a menudo con la sanación, protección y control de ciertos espíritus (como Dongo).
- Sohanci: Descendientes del Rey Mago, Sonni Ali Ber, conocidos por su magia poderosa, incluyendo transformación y dominio sobre espíritus específicos.
- Horso: Maestros de la palabra con poderes únicos, como hacer invisibles aldeas o irresistibles a individuos.
- Adivinos: Como Fatouma, que leen conchas de cauri para ver pasado, presente y futuro.
Poder heredado y aprendido. La habilidad mágica puede ser heredada (como la línea Sohanci o el poder guunu de madres brujas) o aprendida mediante aprendizaje y estudio riguroso. Los maestros transmiten secretos, a menudo solo en sus lechos de muerte, subrayando el valor y la transmisión controlada de este conocimiento.
Roles complementarios. A pesar de las diferencias, estos caminos a veces se cruzan o complementan. Los practicantes pueden consultarse mutuamente, y los rituales pueden involucrar colaboración entre distintos tipos de magos, indicando un sistema complejo de saber especializado dentro del panorama mágico más amplio.
6. Los espíritus influyen en el mundo y pueden ser enviados
“Solo los espíritus del frío rugen en la noche, y esa mujer desagradable controla muchos espíritus del frío.”
Un mundo invisible activo. El cosmos songhay está poblado por un vasto panteón de espíritus (Tooru, genji kwarey, Doguwa, etc.) que influyen activamente en el mundo humano. Estos espíritus controlan fuerzas naturales, causan enfermedades, ofrecen guía y pueden ser invocados o dirigidos por practicantes hábiles.
Espíritus que causan daño. Espíritus malévolos, a menudo asociados con el frío o enfermedades específicas, pueden ser enviados por hechiceros o brujas para atacar a individuos, causando daño físico, angustia psicológica o mala fortuna. La experiencia del autor en Ayoru, al escuchar rugidos y sentir una presencia, se atribuye a un ataque de este tipo.
Aplacar y controlar espíritus. Los magos interactúan con los espíritus mediante cantos de alabanza, ofrendas y rituales específicos. Las iniciaciones suelen implicar ganar el favor o protección de espíritus poderosos, y los ritos de sanación pueden centrarse en repeler o apaciguar espíritus causantes de enfermedad.
7. Las líneas éticas se difuminan en la inmersión profunda
¿Fue por mi impulso académico de aprender más sobre el mundo songhay de la hechicería, o acaso me estaba adentrando lentamente en un mundo donde la moralidad no existía?
Observador versus participante. El autor enfrenta el dilema antropológico fundamental de mantener la objetividad mientras se sumerge profundamente en una cultura ajena. Convertirse en aprendiz y participar en actos mágicos desafía el rol tradicional del observador distante.
Implicación en actos dañinos. El incidente del “jefe cruel”, donde se realiza un ritual para causar desgracia a alguien, obliga al autor a confrontar las implicaciones éticas de su participación. Se convierte en cómplice de un acto destinado a hacer daño, planteando preguntas sobre su propia moralidad y los límites del compromiso etnográfico.
Reciprocidad y obligación. Las relaciones con maestros como Adamu Jenitongo y Amadu Zima implican una conexión personal profunda y obligaciones recíprocas. Aceptar dones de poder y conocimiento crea un vínculo moral que dificulta rechazar peticiones o mantener distancia crítica, complicando aún más el panorama ético del trabajo de campo.
8. La paciencia y la dureza moldean al aprendiz
“A todos nos toma mucho tiempo aprender,” dijo Mounmouni Koda. “Yo sigo aprendiendo y estoy al final de mi camino.”
El aprendizaje requiere tiempo. Los ancianos songhay enfatizan que el conocimiento verdadero, especialmente de la magia, se adquiere lentamente, a lo largo de décadas, y exige una paciencia inmensa. La mente debe estar preparada; apresurar el proceso se considera necio y potencialmente peligroso.
La dureza como resiliencia. El concepto de “dureza” es central en el camino del hechicero. Significa resistencia, fuerza de voluntad y capacidad para soportar dificultades, peligros y traiciones. Experiencias como la iniciación con kusu y sobrevivir ataques mágicos son pruebas que forjan esta cualidad esencial.
Transformación a través de la experiencia. El aprendizaje es un proceso de transformación personal. El escepticismo y miedo iniciales del autor dan paso a una aceptación renuente de la realidad de la magia songhay y de su propia naturaleza cambiante, convirtiéndose, a ojos de sus maestros, en “duro y cruel.”
9. La adivinación revela caminos y enemigos ocultos
“Hay una mujer desagradable en Ayoru que no me quiere, y porque no me quiere a mí, tampoco te quiere a ti.”
Los cauris como herramientas. La adivinación, especialmente con conchas de cauri, es una práctica clave para entender las fuerzas invisibles que influyen en la vida. Practicantes como Adamu Jenitongo y Fatouma interpretan los patrones de las conchas arrojadas para revelar aspectos del pasado, presente y futuro de una persona.
Identificación de enemigos. La adivinación frecuentemente señala la presencia de enemigos, a menudo invisibles, que trabajan activamente contra el individuo mediante celos, hechicería u otros medios maliciosos. Esto refuerza la cosmovisión songhay donde la desgracia se atribuye a la mala voluntad ajena.
Guía y advertencias. Las lecturas ofrecen orientación para enfrentar los desafíos de la vida, advertencias sobre peligros inminentes e instrucciones sobre rituales o acciones necesarias para protección o éxito. Las conchas se ven como mensajeras del mundo espiritual o de los ancestros, proporcionando un mapa para el camino del individuo.
10. El camino del aprendizaje es para toda la vida
“Cuando un hombre en el camino llega a la bifurcación, debe elegir su dirección y seguir adelante.”
Aprendizaje continuo. El aprendizaje no es un proceso finito con un punto final claro. Maestros como Adamu Jenitongo y Amadu Zima enfatizan que aún en la vejez siguen aprendiendo. El camino del conocimiento es largo y requiere esfuerzo constante y apertura a nuevas experiencias.
Preguntas sin resolver. A pesar de años de estudio y experiencias profundas, el autor queda con muchas preguntas sin respuesta sobre los significados y mecanismos más profundos de la magia songhay. Los maestros suelen transmitir conocimiento mediante la experiencia o proverbios crípticos, reflejando una epistemología distinta.
El camino continúa. El libro concluye con el viaje del autor aún en marcha, marcado por los dones y saberes recibidos de sus maestros. Lleva consigo los símbolos físicos de su aprendizaje (anillos, polvos, piedras) y los cambios internos provocados por sus vivencias, sugiriendo que la transformación y el proceso de aprendizaje seguirán mucho después de dejar Níger.
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Reseñas
En la sombra de la hechicería es la memoria de una antropóloga que se formó junto a hechiceros en Níger. Los lectores la encontraron fascinante, aunque señalaron su estilo académico seco y algunas preocupaciones éticas. Muchos valoraron las perspectivas culturales únicas y la narrativa inmersiva, aunque algunos cuestionaron la objetividad y el grado de implicación de la autora. El libro generó debates sobre los métodos antropológicos y el relativismo cultural. Mientras que algunos consideraron dudosas las afirmaciones sobre la hechicería, otros se sintieron atraídos por las experiencias relatadas. En conjunto, fue elogiado como una lectura cautivadora y estimulante que desafía las perspectivas occidentales sobre la magia y la realidad.