Puntos clave
1. Eres un superorganismo, un colectivo de células humanas y microbianas.
Por cada célula que compone el recipiente que llamas tu cuerpo, hay nueve células impostoras que viajan contigo.
Más microbio que humano. Tu cuerpo no está formado solo por células humanas; es un ecosistema complejo que alberga trillones de microbios, principalmente bacterias, hongos, virus y arqueas. Estas células microbianas superan en número a tus células humanas en una proporción de diez a uno. Sus genes colectivos, el microbioma, contienen millones más de genes que tu propio genoma.
Una existencia compartida. Esta vasta comunidad microbiana vive dentro y sobre ti, formando un superorganismo. No son simples pasajeros, sino participantes activos en el funcionamiento de tu cuerpo. Esta coexistencia está profundamente arraigada en la historia evolutiva, con animales y microbios evolucionando juntos en una asociación mutuamente beneficiosa.
Más allá de los genes humanos. Mientras que el genoma humano proporciona el plano para tu cuerpo, el microbioma añade una complejidad funcional inmensa. Estos genes microbianos realizan funciones que evolucionan más rápido y son más fácilmente proporcionadas por organismos simples, colaborando con tus 21,000 genes humanos para mantenerte vivo y saludable.
2. Tus microbios son un órgano vital, a menudo olvidado, esencial para la salud.
Hemos llegado a depender de nuestros microbios, y sin ellos, seríamos solo una fracción de nuestro verdadero ser.
Un órgano integral. La comunidad microbiana del cuerpo humano, especialmente en el intestino, funciona como un órgano vital. Participa en procesos que van mucho más allá de la simple digestión, influyendo en el metabolismo, el desarrollo del sistema inmunitario e incluso en la función cerebral.
Servicios esenciales. Los microbios proporcionan servicios que los humanos no pueden realizar por sí solos.
- Sintetizan vitaminas esenciales (como la B12).
- Descomponen fibras vegetales resistentes que las enzimas humanas no pueden digerir.
- Entrenan y regulan el sistema inmunitario.
- Influyen en la extracción y almacenamiento de energía de los alimentos.
Una asociación coevolucionada. Esta relación no es solo de tolerancia, sino de estímulo activo. Estructuras como el apéndice, antes consideradas inútiles, ahora se ven como refugios seguros para microbios beneficiosos del intestino, lo que destaca la inversión del cuerpo en mantener esta comunidad microbiana.
3. La guerra de la vida moderna contra los microbios alimenta el aumento de enfermedades crónicas.
Nuestra vida en el siglo XXI es una especie de alto el fuego estéril, con infecciones contenidas gracias a las vacunas, antibióticos, saneamiento del agua y prácticas médicas higiénicas.
La nueva normalidad. Aunque las enfermedades infecciosas han disminuido drásticamente en los países desarrollados durante el último siglo, ha surgido un nuevo conjunto de condiciones crónicas. Estas incluyen alergias, enfermedades autoinmunes, obesidad, trastornos intestinales y problemas de salud mental.
Un cambio en las enfermedades. Estas “enfermedades del siglo XXI” eran raras entre nuestros antepasados, pero ahora son comunes, afectando a grandes porciones de la población, a menudo desde la infancia o la juventud.
- Las alergias afectan a casi la mitad de las personas en países desarrollados.
- Las enfermedades autoinmunes afectan a casi el 10%.
- Más de la mitad de los adultos tienen sobrepeso u obesidad.
- La prevalencia del autismo se ha más que duplicado en una década.
Más allá de la genética. Este aumento rápido no puede explicarse solo por cambios en la genética humana, ya que la evolución no ocurre tan rápido. En cambio, apunta a cambios significativos en nuestro entorno y estilo de vida, especialmente en nuestra interacción con los microbios.
4. Muchas enfermedades del siglo XXI provienen de disfunción intestinal e inflamación.
Estos dos temas, el intestino y el sistema inmunitario, podrían parecer no relacionados, pero un análisis más detallado de la anatomía intestinal ofrece una pista adicional.
Conexión intestino-inmunidad. El intestino alberga la mayor concentración de células inmunitarias del cuerpo (alrededor del 60%). Esta posición estratégica permite al sistema inmunitario vigilar la vasta comunidad microbiana y las sustancias que atraviesan el tracto digestivo.
Disbiosis e inflamación. Las alteraciones en el equilibrio normal de los microbios intestinales (disbiosis) pueden aumentar la permeabilidad del revestimiento intestinal (“intestino permeable”). Esto permite que productos microbianos y partículas de alimentos no digeridos entren en el torrente sanguíneo, desencadenando una inflamación crónica de bajo grado en todo el cuerpo.
Causa subyacente. Esta inflamación es cada vez más reconocida como un factor común en muchas enfermedades del siglo XXI.
- Obesidad: LPS de bacterias intestinales desencadena inflamación en el tejido adiposo.
- Autoinmunidad: El sistema inmunitario ataca células propias en medio de inflamación crónica.
- Alergias: El sistema inmunitario reacciona exageradamente a sustancias inofensivas.
- Salud mental: La inflamación cerebral está vinculada a la disbiosis intestinal.
5. Los antibióticos alteran tu microbioma con consecuencias duraderas.
Sin embargo, nuestro triunfo sobre nuestro mayor adversario natural – las bacterias – se ha dado en la ignorancia del daño colateral que los antibióticos han causado en el camino.
Daño colateral. Los antibióticos, aunque salvan vidas frente a bacterias patógenas, son de amplio espectro y eliminan también microbios beneficiosos. Esta alteración del microbioma puede tener efectos a largo plazo, que potencialmente duran meses o incluso años después de finalizar el tratamiento.
Más allá de la resistencia. El uso excesivo de antibióticos contribuye no solo a la resistencia bacteriana, sino también a la disbiosis, que está vinculada a enfermedades crónicas.
- Mayor riesgo de infecciones por C. difficile.
- Asociación con tasas más altas de alergias y asma en niños.
- Posible vínculo con aumento de peso y obesidad (usados como promotores de crecimiento en ganado).
- Posibles conexiones con enfermedades autoinmunes y autismo.
Impacto en la primera infancia. La exposición a antibióticos en etapas tempranas, cuando el microbioma aún se está desarrollando, puede tener efectos particularmente profundos y duraderos en el metabolismo y la programación inmunitaria. Esto subraya la necesidad de un uso juicioso de estos potentes fármacos.
6. La dieta, especialmente la fibra, es crucial para nutrir a los microbios beneficiosos.
Eres lo que comes. Y más aún, eres lo que ellos comen.
Alimentando a tus microbios. La comida que ingieres no solo nutre tus células humanas; alimenta a tu comunidad microbiana. Diferentes alimentos, especialmente los carbohidratos complejos como la fibra, promueven selectivamente el crecimiento de distintas especies microbianas.
El papel vital de la fibra. Una dieta rica en fibra, común en sociedades preindustriales pero escasa en las dietas occidentales modernas, sostiene un microbioma intestinal diverso y beneficioso.
- Las bacterias amantes de la fibra producen ácidos grasos de cadena corta (AGCC) como el butirato.
- Los AGCC nutren las células del revestimiento intestinal, reduciendo la permeabilidad (“intestino permeable”).
- Los AGCC influyen en las células inmunitarias, promoviendo la tolerancia y reduciendo la inflamación.
- Los AGCC pueden afectar la regulación del apetito y el almacenamiento de energía.
Más allá de las calorías. El valor nutricional de los alimentos no se limita a las calorías absorbidas por las enzimas humanas, sino también a lo que los microbios extraen y a los compuestos beneficiosos que producen. Una dieta baja en fibra priva de alimento a los microbios beneficiosos, contribuyendo potencialmente a la disbiosis y la inflamación.
7. Las exposiciones en la primera infancia moldean tu comunidad microbiana fundamental.
En las primeras horas de vida, un bebé pasa de ser mayormente humano a ser mayormente microbiano, al menos en número de células.
Herencia microbiana. Los bebés adquieren sus primeros microbios cruciales durante el parto y la alimentación temprana. Esta siembra microbiana inicial es vital para el desarrollo del sistema inmunitario y el establecimiento de un ecosistema intestinal saludable.
Importa el modo de nacimiento. El parto vaginal expone al bebé a los microbios vaginales y fecales de la madre, proporcionando un inóculo diverso y rico en especies beneficiosas como Lactobacillus y Prevotella. Los bebés nacidos por cesárea se colonizan principalmente con microbios de la piel y del ambiente, resultando en un microbioma inicial menos diverso.
El papel de la leche materna. La leche materna contiene oligosacáridos únicos que las enzimas humanas no pueden digerir, pero que alimentan selectivamente bacterias beneficiosas como Bifidobacterium. También contiene bacterias vivas y factores inmunitarios que ayudan a moldear el microbioma infantil y entrenar el sistema inmunitario.
- La alimentación con fórmula da lugar a un microbioma menos diverso y dominado por otras especies.
- Los bebés alimentados con biberón tienen mayores riesgos de infecciones, alergias, enfermedades autoinmunes y obesidad.
8. Restaurar el equilibrio microbiano ofrece un camino hacia una mejor salud.
La belleza del microbioma es que, a diferencia de nuestros genes, tenemos cierto control sobre él.
Revertir la disbiosis. Para las condiciones vinculadas al desequilibrio del microbioma, restaurar una comunidad microbiana saludable tiene potencial terapéutico.
- El Trasplante de Microbiota Fecal (TMF) consiste en transferir heces de un donante sano a un paciente. Es altamente efectivo para infecciones recurrentes por C. difficile (más del 90% de curación). Muestra promesas para el síndrome del intestino irritable y el síndrome metabólico.
- Los probióticos (bacterias beneficiosas vivas) y prebióticos (fibras que alimentan bacterias beneficiosas) pueden ayudar a modular el microbioma, ofreciendo beneficios para diversas condiciones, aunque a menudo menos dramáticos que el TMF en casos de disbiosis severa.
Decisiones conscientes. Mientras se desarrollan intervenciones médicas, las personas pueden cultivar activamente un microbioma más saludable mediante elecciones de estilo de vida.
- Come más plantas: aumenta la ingesta de fibra de fuentes vegetales diversas.
- Usa antibióticos con prudencia: evita prescripciones innecesarias y comprende los riesgos.
- Apoya el parto natural y la lactancia materna: defiende y elige estas opciones cuando sean médicamente apropiadas.
Empoderamiento. Comprender nuestro ser microbiano nos capacita para tomar decisiones informadas sobre nuestra salud y la de las futuras generaciones, avanzando hacia un estado de ser verdaderamente 100% humano.
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Reseñas
10% Humano examina el papel fundamental que desempeñan los microbios en la salud humana, abordando su influencia en la obesidad, las alergias, la salud mental y otros aspectos. Aunque ha sido elogiado por su estilo ameno y sus revelaciones sorprendentes, algunos lectores lo consideran demasiado especulativo y basado en anécdotas. El libro cuestiona las ideas tradicionales sobre los antibióticos, la alimentación y las enfermedades modernas, proponiendo un cambio de paradigma en la comprensión de la biología humana. Muchos lectores reconocen haber modificado sus hábitos, especialmente en lo que respecta al consumo de fibra, tras su lectura. No obstante, también ha recibido críticas por simplificar en exceso temas complejos y por hacer afirmaciones sin el respaldo suficiente.
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