Puntos clave
1. Captura todo lo que tiene tu atención
Tu mente es para tener ideas, no para retenerlas.
Libera tu mente. Captura todos los pensamientos, ideas y compromisos que ocupan tu espacio mental. Esto incluye tareas, proyectos, información e incluso nociones vagas que te inquietan. Utiliza herramientas como blocs de notas, grabadoras digitales o aplicaciones de smartphone para externalizar estos elementos.
Crea un hábito de recopilación. Coloca herramientas de captura en lugares estratégicos:
- Blocs de notas junto a cada teléfono
- Pizarras en espacios de reflexión
- Una bandeja de entrada física en tu escritorio
- Una aplicación de notas en tu smartphone
Al capturar todo de manera constante, liberas tu mente de la carga de recordar, permitiéndole enfocarse en un pensamiento más creativo y productivo.
2. Aclara el significado de los elementos capturados
Si no has aclarado exactamente cuál es tu compromiso y decidido qué vas a hacer al respecto, a menudo será una fuente de frustración y estrés.
Procesa tus capturas. Para cada elemento que has recopilado, pregúntate:
- ¿Qué es?
- ¿Es accionable?
- ¿Cuál es la siguiente acción?
- ¿Cuál es el resultado deseado?
Toma decisiones. Aclarar implica tomar decisiones sobre la importancia y el futuro de cada elemento. Este proceso transforma nociones vagas en pasos concretos o las elimina por completo si ya no son relevantes.
- Los elementos accionables se convierten en tareas o proyectos
Los elementos no accionables son:- Desechados
- Archivados como referencia
- Incubados para consideración posterior
Al aclarar, conviertes datos en bruto en información significativa y accionable, reduciendo la ambigüedad y el estrés en tu sistema.
3. Organiza tus compromisos en un sistema confiable
Tu mente es para tener ideas, no para retenerlas.
Crea un sistema estructurado. Organiza tus elementos aclarados en categorías apropiadas:
- Próximas Acciones (listas basadas en contexto como @llamadas, @computadora, @recados)
- Proyectos (resultados que requieren múltiples pasos)
- Esperando Por (elementos delegados o dependientes de otros)
- Calendario (acciones específicas de fecha y hora)
- Referencia (información no accionable pero potencialmente útil)
Usa herramientas apropiadas. Elige herramientas de organización que funcionen para ti:
- Físicas: Carpetas de archivo, cuadernos, planificadores
- Digitales: Aplicaciones de gestión de tareas, software de toma de notas, aplicaciones de calendario
La clave es tener un sistema en el que confíes completamente. Cuando sabes que todo está en su lugar correcto, tu mente puede relajarse y concentrarse en la tarea en cuestión en lugar de tratar de recordar todo.
4. Revisa y actualiza regularmente tu sistema
Tu mente es como el agua. Cuando está turbulenta, es difícil ver. Cuando está calmada, todo se vuelve claro.
Revisión semanal. Reserva tiempo cada semana para:
- Aclarar: Reúne todos los papeles sueltos, notas y elementos
- Actualizar: Revisa y actualiza tus listas y calendario
- Crear: Piensa en el panorama general y genera nuevas ideas
Mente como el agua. La revisión semanal ayuda a mantener una mente clara y despejada. Como el agua, tu mente debería poder responder adecuadamente a cualquier entrada sin reaccionar de más o de menos.
Beneficios de la revisión regular:
- Asegura que nada se pase por alto
- Mantiene tu sistema actualizado y relevante
- Proporciona una sensación de control y perspectiva
- Permite correcciones de rumbo y ajustes
Al revisar y actualizar consistentemente tu sistema, mantienes su integridad y tu confianza en él, lo que lleva a una reducción del estrés y un aumento de la productividad.
5. Toma acción sobre tus tareas y proyectos
El secreto para avanzar es comenzar. El secreto para comenzar es descomponer tus tareas complejas y abrumadoras en tareas pequeñas y manejables, y luego comenzar con la primera.
Involúcrate con tu sistema. Una vez que tienes un sistema claro y organizado, el paso final es realmente hacer el trabajo. Usa tus listas de próximas acciones para guiar tus actividades diarias.
Regla de los dos minutos. Si una acción toma menos de dos minutos, hazla inmediatamente en lugar de agregarla a tu lista. Esto evita que las pequeñas tareas obstruyan tu sistema.
Factores a considerar al elegir acciones:
- Contexto: ¿Qué puedes hacer en tu ubicación actual?
- Tiempo disponible: ¿Cuánto tiempo tienes ahora?
- Nivel de energía: ¿Qué eres capaz de hacer en este momento?
- Prioridad: ¿Cuál es la cosa más importante que hacer ahora?
Al tomar acción consistentemente sobre tus tareas y proyectos, avanzas hacia tus metas y mantienes el impulso en tu vida personal y profesional.
6. Define tu propósito y principios
Si no sabes por qué existes o hacia dónde vas, cualquier camino, de hecho, servirá.
Aclara tu propósito. Considera la pregunta fundamental: "¿Por qué estoy (o estamos) haciendo esto?" Esto se aplica a tu vida, tu trabajo y cualquier proyecto o esfuerzo significativo.
Establece principios. Identifica los valores y estándares fundamentales que guían tu comportamiento y toma de decisiones. Estos sirven como una brújula para navegar situaciones complejas.
Ejemplos de principios personales:
- Honestidad e integridad en todas las interacciones
- Aprendizaje continuo y auto-mejora
- Equilibrio entre trabajo y vida personal
- Responsabilidad ambiental
Al definir tu propósito y principios, creas una base para tomar decisiones alineadas y vivir una vida más plena.
7. Establece una visión clara para tu vida y trabajo
El futuro no es un lugar al que vamos, sino uno que estamos creando. Los caminos no se encuentran, se hacen.
Crea una visión atractiva. Imagina tu futuro ideal con vívido detalle. ¿Cómo se ve, suena y siente el éxito para ti? Esta visión sirve como una estrella del norte, guiando tus decisiones y acciones.
Hazlo tangible. Escribe tu visión o crea una representación visual:
- Declaraciones de visión
- Tableros de visión
- Escenarios detallados de tu futuro ideal
Una visión clara proporciona motivación y dirección, ayudándote a tomar decisiones que se alineen con tus aspiraciones a largo plazo. También sirve como un filtro para oportunidades, permitiéndote enfocarte en lo que realmente importa para ti.
8. Establece metas y objetivos para lograr tu visión
Solo puedes sentirte bien acerca de lo que no estás haciendo cuando sabes lo que no estás haciendo.
Define resultados específicos. Desglosa tu visión en metas concretas y alcanzables. Estas deben ser SMART:
- Específicas
- Medibles
- Alcanzables
- Relevantes
- Con límite de tiempo
Crea una jerarquía de metas. Organiza tus metas en diferentes marcos de tiempo:
- Metas a largo plazo (3-5 años)
- Metas a medio plazo (1-2 años)
- Metas a corto plazo (3-6 meses)
Al establecer metas y objetivos claros, creas un mapa para convertir tu visión en realidad. Esto te permite enfocar tu energía y recursos en lo más importante, aumentando tus posibilidades de éxito.
9. Identifica áreas de enfoque y responsabilidad
En lo que nos enfocamos se expande. En lo que pensamos, se vuelve más importante para nosotros.
Define áreas clave. Identifica las principales categorías de tu vida y trabajo que requieren atención y gestión continua. Estas podrían incluir:
- Carrera
- Finanzas
- Salud y estado físico
- Relaciones
- Crecimiento personal
- Entorno del hogar
Mantén el equilibrio. Evalúa regularmente estas áreas para asegurarte de no descuidar aspectos importantes de tu vida. Este enfoque holístico previene la visión de túnel y promueve el bienestar general.
Al definir claramente tus áreas de enfoque y responsabilidad, creas un marco para el desarrollo personal y profesional equilibrado. Esto te ayuda a asignar tu tiempo y energía de manera más efectiva en todos los aspectos importantes de tu vida.
10. Mantén la perspectiva en todos los horizontes de enfoque
La perspectiva vale 80 puntos de coeficiente intelectual.
Entiende los horizontes. Familiarízate con los seis horizontes de enfoque:
- Nivel de suelo: Acciones actuales
- 10,000 pies: Proyectos actuales
- 20,000 pies: Áreas de responsabilidad
- 30,000 pies: Metas a 1-2 años
- 40,000 pies: Visión a 3-5 años
- 50,000 pies: Propósito de vida
Revisión regular. Evalúa periódicamente tus compromisos y actividades en cada nivel. Esto asegura la alineación entre tus acciones diarias y tus aspiraciones más altas.
Mantener la perspectiva en todos los horizontes te permite tomar mejores decisiones, mantenerte motivado y sentirte seguro de que estás en el camino correcto. Te ayuda a equilibrar las necesidades a corto plazo con las metas a largo plazo, llevando a una vida más plena y con propósito.
11. Implementa herramientas y hábitos efectivos para apoyar tu sistema
Tu cerebro es para tener ideas, no para retenerlas.
Elige las herramientas adecuadas. Selecciona herramientas que apoyen tu flujo de trabajo:
- Herramientas físicas: Cuadernos, archivadores, bandejas de entrada
- Herramientas digitales: Gestores de tareas, aplicaciones de toma de notas, software de calendario
Desarrolla hábitos de apoyo. Crea rutinas que refuercen tu sistema:
- Revisión diaria de tu calendario y próximas acciones
- Revisión semanal de todo tu sistema
- Captura regular de nuevas entradas
Hábitos clave a cultivar:
- Captura ubicua
- Clarificación inmediata de nuevas entradas
- Uso consistente de tu sistema organizativo
- Revisión y actualización regular de tus compromisos
Al implementar herramientas y hábitos efectivos, creas una infraestructura robusta que apoya tu sistema de productividad. Esto facilita el mantenimiento del sistema a lo largo del tiempo, llevando a mejoras sostenidas en productividad y reducción del estrés.
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Reseñas
Hacer que todo funcione es una continuación del sistema "Organízate con eficacia" (GTD) de David Allen. Los lectores lo encuentran útil para expandir los principios de GTD, especialmente en lo que respecta a metas y perspectivas a largo plazo. Algunos aprecian la clarificación de conceptos, mientras que otros lo consideran redundante. El libro es más beneficioso para aquellos que ya están familiarizados con GTD, ofreciendo ideas sobre cómo alinear tareas con objetivos más amplios. Los críticos señalan su verbosidad y enfoque filosófico. Muchos lectores valoran los apéndices y encuentran el libro útil para reenfocarse en la productividad. En general, se considera un compañero valioso para GTD, aunque no esencial para todos.