Puntos clave
1. El único límite justificado a la libertad individual es evitar el daño a otros.
El principio es que el único fin por el cual la humanidad está autorizada, individual o colectivamente, a interferir en la libertad de acción de cualquiera de sus miembros, es la autoprotección.
El principio fundamental. Mill establece una regla sencilla para cuando la sociedad puede intervenir en la libertad de un individuo: solo para prevenir daño a otros. Esto aplica tanto si la interferencia proviene de sanciones legales como de la presión moral de la opinión pública. Tu libertad se extiende hasta el punto en que afecta los derechos o intereses de otra persona.
No por su propio bien. La sociedad no puede legítimamente obligar a alguien a actuar o abstenerse de hacerlo porque sería mejor para esa persona, la haría más feliz o porque otros consideran que es sabio o correcto. Estas son razones para la persuasión, no para la coacción. El individuo es soberano sobre su propio cuerpo y mente.
El daño debe ser tangible. El “daño a otros” debe ser una lesión directa y temporal, no simplemente causar ofensa o violar las sensibilidades morales o religiosas de alguien. Aunque definir “daño” y “lo que solo afecta al propio individuo” puede ser complejo, el principio busca proteger a las personas de interferencias basadas en desaprobaciones subjetivas o motivos paternalistas.
2. La libertad es esencial para el pleno desarrollo de la individualidad.
Sobre sí mismo, sobre su propio cuerpo y mente, el individuo es soberano.
Cultivar la naturaleza humana. Mill sostiene que la naturaleza humana no es una máquina construida según un modelo, sino un árbol que debe crecer y desarrollarse según sus fuerzas internas. La libertad proporciona el ambiente necesario para ese crecimiento, permitiendo a cada persona cultivar sus facultades, juicio y carácter únicos. Sin libertad, las personas se atrofiarían, incapaces de deseos fuertes o placeres genuinos.
Más allá de la imitación. Seguir la costumbre solo por costumbre no desarrolla las cualidades distintivas de un ser humano. Elegir un plan de vida propio, aunque imperfecto, requiere y ejercita facultades como la observación, el razonamiento, el juicio y el autocontrol. Este proceso es crucial para convertirse en un ser humano plenamente desarrollado.
Valor para uno mismo y para los demás. A medida que la individualidad se desarrolla, la persona se vuelve más valiosa para sí misma, experimentando una vida más plena. Esto, a su vez, la hace más valiosa para los demás y fortalece los lazos que unen a los individuos con la humanidad, haciendo que pertenecer a ella sea “infinitamente mejor”.
3. La libertad de pensamiento y discusión es vital para descubrir y mantener la verdad.
Silenciar toda discusión es asumir la infalibilidad.
Poner a prueba nuestras creencias. Nunca podemos estar seguros de que una opinión que suprimimos sea falsa, porque somos falibles. Negar audiencia a una opinión es asumir nuestra propia infalibilidad, una presunción peligrosa. La única forma de tener certeza racional en nuestras creencias es mediante la completa libertad para contradecirlas y refutarlas.
Choque con el error. Incluso si una opinión silenciada es errónea, suprimirla sigue siendo un mal. El choque de la verdad con el error es esencial para una percepción más clara y una impresión más viva de la verdad. Sin desafío, se olvidan los fundamentos de una opinión verdadera y se pierde su significado.
Verdades parciales. A menudo, doctrinas opuestas comparten la verdad entre ellas. La opinión predominante rara vez es toda la verdad, y las opiniones disidentes suelen contener partes de verdad olvidadas. La discusión libre permite combinar y reconciliar estas verdades parciales, lo cual es crucial para el progreso en asuntos prácticos de la vida.
4. Las creencias incuestionadas se vuelven dogmas muertos, perdiendo su vitalidad y significado.
La fatal tendencia de la humanidad a dejar de pensar en algo cuando ya no es dudoso, es la causa de la mitad de sus errores.
La verdad como algo vivo. Incluso si una opinión recibida es verdadera y toda la verdad, si no se disputa vigorosa y sinceramente, se sostiene como un “dogma muerto”, no como una verdad viva. La gente la acepta pasivamente, sin comprender sus fundamentos racionales ni sentir su efecto vital en su carácter y conducta.
Pérdida de significado. Las palabras que transmiten la verdad dejan de sugerir ideas o conservan solo un significado superficial. Esto se ve en cómo muchas personas sostienen doctrinas religiosas o éticas: respetan habitualmente el sonido de las palabras, pero no sienten la conexión entre las palabras y lo que significan, ni ajustan su vida a la doctrina.
Simular la controversia. Cuando una verdad se acepta universalmente y cesa la controversia, los maestros deben encontrar maneras de simular las dificultades del asunto, como si fueran presionados por un campeón disidente. Sin esto, la mente se vuelve torpe y la doctrina se convierte en una mera profesión formal, ineficaz para el bien.
5. La diversidad de opiniones y estilos de vida es crucial para el progreso social y evitar el estancamiento.
Europa, en mi juicio, debe enteramente a esta pluralidad de caminos su desarrollo progresivo y multifacético.
Experimentos de vida. Así como se necesitan diferentes opiniones mientras la humanidad es imperfecta, también se necesitan diferentes experimentos de vida. Se debe dar libre espacio a variedades de carácter y modos de vida, siempre que no dañen a otros, para que su valor pueda probarse en la práctica. Esto es un ingrediente principal del progreso individual y social.
Evitar el ideal chino. Las sociedades que suprimen la individualidad y exigen conformidad, como China con sus rígidas costumbres, se vuelven estacionarias. Europa ha evitado este destino gracias a su notable diversidad de carácter y cultura, con individuos, clases y naciones que trazan variados caminos.
Innovación y mejora. La iniciación de todas las cosas sabias o nobles proviene de individuos, a menudo de uno solo. La originalidad es la fuente de todo lo bueno que existe y es necesaria para evitar que incluso las mejores creencias y prácticas degeneren en lo mecánico. La sociedad necesita originalidad para evitar el estancamiento y la decadencia.
6. La mayor amenaza a la libertad en tiempos modernos es la tiranía de la opinión y la costumbre mayoritarias.
La protección, por tanto, contra la tiranía del magistrado no es suficiente: también se necesita protección contra la tiranía de la opinión y el sentimiento predominantes...
Más allá del gobierno. Aunque la protección contra los gobernantes políticos es históricamente importante, en las democracias modernas el pueblo mismo puede tiranizar a los individuos. La “tiranía de la mayoría” opera no solo a través de la ley sino mediante la presión social, dejando menos vías de escape y esclavizando el alma.
Despotismo de la costumbre. La costumbre es el obstáculo permanente al avance humano, oponiéndose constantemente al espíritu de libertad y progreso. Prohíbe la singularidad y obliga a la conformidad, incluso en asuntos triviales como la moda. Esta presión convierte la excentricidad en reproche y desalienta a los individuos a actuar diferente de la masa.
Ascenso de la mediocridad. La tendencia general de la sociedad moderna es hacer de la mediocridad el poder dominante. El poder de las masas y la opinión pública, a menudo moldeados por la mediocridad colectiva, amenaza con aplastar la individualidad y evitar la aparición de caracteres fuertes y originales necesarios para el progreso.
7. Los individuos deben ser libres para actuar según sus opiniones en asuntos que solo les conciernen a ellos.
Así como es útil que mientras la humanidad es imperfecta haya diferentes opiniones, también lo es que haya diferentes experimentos de vida...
Aplicando el principio. Las razones para la libertad de opinión también exigen que las personas sean libres para actuar conforme a sus opiniones y llevarlas a cabo en su vida, sin impedimentos, siempre que sea bajo su propio riesgo y responsabilidad. Esta es la esfera de la libertad de conducta.
Acciones que solo afectan al propio individuo. Esta libertad se aplica a acciones que solo conciernen al individuo, o que afectan a otros solo con su consentimiento libre, voluntario y no engañado. La sociedad tiene jurisdicción solo sobre acciones que perjudican los intereses de otros.
Experimentos de vida. Permitir que los individuos vivan como les parezca bien, probando diferentes modos de vida, es esencial para descubrir lo mejor y fomentar la diversidad necesaria para el desarrollo humano y el progreso social.
8. Obligar a alguien por su propio bien (paternalismo) es un uso ilegítimo del poder.
No puede ser legítimamente obligado a hacer o abstenerse porque eso le convenga, porque le haga más feliz, o porque, según la opinión de otros, sería sabio o incluso correcto.
No a la coacción por bienestar. La interferencia de la sociedad en la libertad de un individuo no está justificada por el bien físico o moral del propio individuo. Aunque otros puedan reprender, razonar, persuadir o suplicar, no pueden obligar ni castigar a alguien por acciones que solo le afectan a él mismo.
Conocimiento individual. Cada persona es el guardián adecuado de su propia salud y bienestar. La persona más común posee medios de conocimiento sobre sus propios sentimientos y circunstancias que superan inmensamente lo que otros pueden tener. La interferencia basada en presunciones generales probablemente sea errónea o mal aplicada.
El mal de la coacción. Los errores que una persona pueda cometer contra el consejo se ven ampliamente superados por el mal de permitir que otros la obliguen a lo que consideran su bien. Tal coacción trata a los adultos como niños y sofoca el desarrollo de caracteres vigorosos e independientes.
9. La sociedad no debe interferir en conductas que solo afectan al propio individuo, aunque sean desagradables.
Pero existe una esfera de acción en la que la sociedad, a diferencia del individuo, tiene, si acaso, solo un interés indirecto; comprendiendo toda aquella parte de la vida y conducta de una persona que afecta solo a sí misma, o si afecta a otros, solo con su consentimiento libre, voluntario y no engañado.
La esfera privada. Hay un dominio de la vida y conducta humana que concierne principalmente solo al individuo. En esta esfera debe haber perfecta libertad, legal y social, para actuar y asumir las consecuencias, sin impedimentos de otros, aunque consideren la conducta tonta, perversa o errónea.
Más allá de la reprobación moral. Aunque otros puedan formar opiniones desfavorables sobre los defectos que solo afectan al propio individuo (como la imprudencia, obstinación o indulgencias dañinas) y expresar desagrado o evitar su compañía, estas son las únicas sanciones que deberían sufrir. La sociedad no debe infligir sufrimiento como castigo en tales casos.
El disgusto no es daño. Muchas personas consideran que una conducta que les desagrada es una lesión o ultraje a sus sentimientos. Sin embargo, no hay equivalencia entre el sentimiento de alguien por su propia opinión o gusto y el sentimiento de otro que se siente ofendido por ello. Permitir que tal ofensa justifique la interferencia abriría la puerta a violaciones ilimitadas de la libertad.
10. La intervención gubernamental debe ser limitada, fomentando la acción individual y local sobre la burocracia central.
El valor de un Estado, a largo plazo, es el valor de los individuos que lo componen; y un Estado que pospone los intereses de su expansión y elevación mental a un poco más de habilidad administrativa... descubrirá que con hombres pequeños no se puede lograr realmente algo grande...
Mejor hecho por individuos. Una razón para limitar la interferencia gubernamental es que los individuos suelen estar mejor capacitados para manejar asuntos en los que tienen interés personal. Este principio apoya los mercados libres y condena la regulación excesiva de la industria.
Medios de educación. Aunque el gobierno pudiera hacer algo mejor en promedio, a menudo es deseable que individuos o asociaciones voluntarias lo hagan como medio de su propia educación y desarrollo mental. La participación en instituciones locales, jurados y empresas voluntarias fomenta habilidades cívicas y energía.
Peligro de la burocracia. Aumentar innecesariamente el poder gubernamental incrementa su influencia sobre esperanzas y temores, convirtiendo a personas ambiciosas en aduladores. Una burocracia grande y eficiente puede sofocar la iniciativa individual, absorber todo el talento y volverse resistente a la reforma, finalmente empequeñeciendo a quienes gobierna.
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FAQ
What is On Liberty by John Stuart Mill about?
- Core focus: The book examines the nature and limits of the power society can legitimately exercise over the individual, centering on civil or social liberty.
- Historical evolution: Mill traces the development of liberty from protection against tyrannical rulers to concerns about the tyranny of the majority in democratic societies.
- Central dilemma: It addresses how to balance individual independence with social control, especially in modern, civilized societies.
Why should I read On Liberty by John Stuart Mill today?
- Enduring relevance: Mill’s arguments about individual liberty and social authority remain foundational for understanding freedom in democratic societies.
- Contemporary issues: The book’s warnings about social conformity and suppression of dissent are highly relevant to current debates on free speech and social pressure.
- Philosophical depth: Mill provides a nuanced framework for thinking about the limits of authority and the importance of protecting personal freedom for human development.
What are the key takeaways from On Liberty by John Stuart Mill?
- Harm principle: Society should only interfere with individual actions to prevent harm to others, not for the individual's own good.
- Value of individuality: Individuality is essential for personal happiness, social progress, and the development of human faculties.
- Dangers of conformity: Social pressure and public opinion can be more oppressive than legal coercion, threatening individuality and progress.
- Freedom of thought: Liberty of thought and discussion is vital for intellectual and moral development and the pursuit of truth.
What is the “harm principle” in On Liberty by John Stuart Mill?
- Definition: The harm principle states that the only justification for society or government to interfere with individual liberty is to prevent harm to others.
- Scope: Actions that affect only the individual (self-regarding) should not be subject to social or legal interference.
- Implication: Personal liberty is nearly absolute unless one’s actions directly harm others, emphasizing individual sovereignty over one’s own body and mind.
- Limits: Mill acknowledges the difficulty in defining harm and cautions against overreach in applying this principle.
How does John Stuart Mill define the limits of society’s authority over the individual in On Liberty?
- Social vs. individual liberty: Society’s legitimate authority extends only to actions that affect others; self-regarding actions are outside its rightful control.
- Legal and moral boundaries: Society can impose rules to prevent harm to others but must not interfere with conduct that concerns only the individual.
- Moral responsibility: Individuals should exercise conscience and self-restraint voluntarily, but society cannot compel them for their own good.
How does On Liberty by John Stuart Mill address the “tyranny of the majority” and social conformity?
- Tyranny of society: Mill warns that public opinion and social pressure can oppress individuality more deeply than political or legal coercion.
- Conformity as a threat: Society tends to impose its own ideas and practices as rules of conduct, suppressing individuality and compelling conformity.
- Need for tolerance: Mill advocates for tolerance of differences, even if some are "for the worse," to prevent the despotism of custom and maintain social progress.
What is the importance of freedom of thought and discussion in On Liberty by John Stuart Mill?
- Foundation of liberty: Liberty of thought and discussion is essential for intellectual and moral development and for the pursuit of truth.
- Fallibility and correction: Since no one is infallible, all opinions must be freely expressed and contested to allow error to be corrected and truth to emerge.
- Social benefit: Suppressing opinions, even false ones, deprives society of the opportunity to exchange error for truth or to strengthen truth through its collision with error.
How does John Stuart Mill in On Liberty view individuality and its importance?
- Individuality as development: Mill sees individuality as the development of human powers and character, essential for personal and social advancement.
- Social value: The more developed a person’s individuality, the more valuable they are to themselves and to society.
- Danger of conformity: Lack of individuality leads to social stagnation and mediocrity, and Mill laments that few dare to be eccentric, which he sees as a major danger.
How does On Liberty by John Stuart Mill reconcile utilitarianism with the defense of liberty and individuality?
- Utility in the largest sense: Mill grounds utility on “the permanent interests of man as a progressive being,” which includes individuality and human dignity.
- Subordination of happiness: While utility (happiness) is the ultimate appeal, Mill subordinates it to human dignity, recognizing higher goods beyond pleasure.
- Limits of pleasure: He acknowledges that the pursuit of pleasure or avoidance of pain cannot fully explain moral motivation or the value of individuality and self-sacrifice.
What are John Stuart Mill’s views on education and its relation to liberty in On Liberty?
- Universal education: Mill supports compulsory education to ensure rational self-governance and the development of individuality.
- Diversity in education: He warns against state-controlled uniform education, which he sees as a form of mental despotism.
- Voluntary and diverse schooling: Mill advocates for voluntary education with state aid and public examinations, allowing for diversity in religious and philosophical instruction.
How does On Liberty by John Stuart Mill differentiate between self-regarding faults and moral vices?
- Self-regarding faults: These are actions like imprudence or indulgence that harm only the individual and may result in social disapproval but not punishment.
- Moral vices: Actions that harm others, such as cruelty or injustice, are subject to moral condemnation and legal sanction.
- Social consequences: Society should not punish individuals for self-regarding faults; punishment is reserved for acts that infringe on others' rights.
What are the best quotes from On Liberty by John Stuart Mill and what do they mean?
- “Over himself, over his own body and mind, the individual is sovereign.” This encapsulates Mill’s core belief in personal autonomy and the limits of social authority.
- “The sole end for which mankind are warranted... in interfering with the liberty of action of any of their number, is self-protection.” This is the harm principle, justifying interference only to prevent harm to others.
- “So few now dare to be eccentric marks the chief danger of the time.” Mill laments the loss of individuality and the rise of conformity, warning of its dangers to progress and creativity.
- “If all mankind minus one were of one opinion, mankind would be no more justified in silencing that one person, than he, if he had the power, would be justified in silencing mankind.” This quote highlights the importance of free speech and the dangers of suppressing minority opinions.
Reseñas
Sobre la libertad es ampliamente elogiado por su defensa atemporal de la libertad individual y la limitación del control social. Los críticos valoran los argumentos de Mill a favor de la libertad de expresión, la diversidad de opiniones y la autonomía personal. Muchos consideran que sus ideas siguen siendo relevantes hoy en día, aunque reconocen que su lectura puede resultar densa y desafiante. La obra se percibe como un pilar fundamental de la filosofía liberal, y algunos la califican como un "punto de inflexión" que debería enseñarse ampliamente. No obstante, también se señalan aspectos como el imperialismo y la ingenuidad de Mill. En conjunto, los reseñadores aprecian el profundo impacto del libro en el pensamiento político y su vigencia en los debates contemporáneos sobre la libertad.